B.

febrero (2003)
Padre: ¿Por que sos tan complicada? Nos damos cuenta que nos ocultas cosas y que nos escondes a nosotros. Somos tu familia, ¿tanta vergüenza te damos?
Yo: No
Padre: Sabemos que salís con alguien, por que no lo traes a casa
Yo: Salgo con una chica
Padre: ¿Por que me haces esto?
Yo: ¿?
Padre: ¿Qué hicimos de malo?
Yo: ¿?
Padre: ¿Quién es esa hija de puta que te está haciendo tanto mal?
Yo: ¿¿¿???¿¿¿???¿¿¿???
Padre: Yo te digo esto por tu bien, la gente es despiadada y no ven con buenos ojos a las lesbianas
Yo: Soy trans. Soy hombre
Padre: Sos un monstruo, un híbrido. Estas loca y hay que internarte en una clínica psiquiátrica
Madre: Ya se todo, vos sos mi hija
Yo: Soy un hombre, tengo cuerpo de mujer, es una realidad, pero eso no quita que sea un hombre
Madre: Yo soy un oso

Soy un hombre, la aceptación de mi entorno hiberna junto a mi vieja, mi dni insiste en decir que me llamo María Emilia y el proceso de reasignación es largo y demanda mucha plata. Puedo trabajar como hombre, estar comodo pero en negro y no llegar a pagar el alquiler, o presentar el dni, "ampararme en las leyes laborales" pero pasarla mal.

Cuando me presento en el trabajo, en la facultad, cuando voy al médico, muchas veces no tengo más alternativa que resignarme a ¿jugar? a que soy María Emilia y siento que quedo afuera de mi vida…

Cuento todo esto porque el proceso para ser parte de mi vida implica volver a salir del clóset en cada uno de estos ámbitos que pueda frecuentar, para ser yo, para hacer amigos y tener relaciones auténticas, pero la verdad: no me fue nada bien… entonces se me ocurre que acaso esto pueda ser un aporte y lo puedan tener en cuenta si se cruzan un día con alguien que les habla de disforia de género. Saludos. B.